RÁCING SANTANDER B 5
ESCUELA MUNICIPAL SANTANDER 0
Sábado 9 Noviembre,
12h 00'. Instalaciones del Rácing (3).
Rácing B: Iván Baragaño; Darío Cavada,
Alejandro Haro, Pablo García, Cristian Borbolla; Óscar Marotías, Fernando
Conde, Álex Bustillo, Alberto Solaeta; Fran Minteguiaga y Mateo Gandarillas. En
la segunda parte jugaron Guillermo Gutiérrez, David Monge, Eliseo Izquierdo,
Matías Castillo y Álvaro Hormaechea.
E.M.F. SANTANDER B: Ángel, Hugo, Mikel,
José Villanueva, Mario; Javi Villota, Héctor, Juanjo; Edu, Ismael y Carlos. En
la segunda parte jugaron Adrián Sousa, Diego, Javi Pérez, Miguel y Jaime.
EL RESUMEN
Como se avanzaba, la primera parte
nos mostró un Rácing que quiso tener siempre la posesión de la pelota pero que
careció de mordiente en la parte de arriba, generando muy poco peligro en la
portería de Ángel que, no obstante, tuvo que intervenir con acierto en un
disparo desde la frontal del área mediado este período. Por su parte, la
Escuela ofreció un buen entramado defensivo basado en una acertada disposición
sobre el campo y el permanente desgaste de sus jugadores tapando las
incursiones de los laterales racinguistas, muy ofensivos durante todo el
partido. En cambio, la presencia en campo contrario fue testimonial, pudiéndose
anotar apenas tres o cuatro contraataques que finalizaron sin atisbo de peligro
en las proximidades del área racinguista.
Todo parecía conducir al empate a 0
al descanso pero una jugada aislada en la frontal del área visitante acabó en
un rebote en un defensa de la Escuela que sirvió para habilitar a Fran en
condiciones inmejorables para batir a Ángel de disparo cruzado. Era el 1-0 que
quizás hacía justicia a los méritos de unos y otros pero que echaba por tierra
el trabajo defensivo de la Escuela.
La segunda parte ya fue otra cosa.
Pesó el cansancio que acumulaban los azules por el desgaste del período inicial
y poco a poco se fueron sucediendo, esta vez sí, las oportunidades de gol para
los racinguistas. Lo que no cambió fue el panorama ofensivo de la Escuela,
inexistente como en la primera mitad. Eso sí, el segundo gol no llegó hasta el
minuto 18, de parecida factura al gol inicial. Los cambios y la convicción de
que el partido ya se había resuelto hicieron bajar la intensidad de los
chavales de la Escuela que tuvieron que asistir a la certificación de la
goleada. Fueron otros tres pero pudieron ser alguno más porque en esos últimos
20 minutos el equipo se dejó ir, ofreciendo una imagen que no se corresponde
con la realidad.
En resumen, un partido que se
anticipaba complicado en cuanto al resultado y que acabó peor de lo que empezó.
Tampoco es para hacer un drama porque la liga de este equipo se disputa contra
otros rivales como, por ejemplo, el del próximo sábado, EMF Castro B, al que se
hace imprescindible ganar para obtener una cierta tranquilidad. A ello
dedicarán el trabajo semanal los de Lolo.
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